Repensar la identidad en una exposición con un problema de identidad


La segunda parte de Mystic Transport tiene lugar en CENTRALE for contemporary art. Sin dejar de lado el vídeo, Gülsün Karamustafa y Koen Theys nos muestran aquí parte de su obra en otras técnicas. Puedes leer sobre la primera parte, aquí.

Aun siendo las obras más inmediatas visualmente aquí, la disparidad temática es similar a la de la exposición en Argos. Esto no es en sí mismo negativo. Simplemente, uno se pregunta con qué fin han reunido a estos dos artistas. Según la guía del visitante, el objetivo es cuestionar el papel del individuo en la sociedad a través de “temáticas como la identidad y las convenciones culturales”. Bastante impreciso, creo yo.
Por suerte, ambos son artistas de peso y poseen destrezas indudables.
Entre las obras de Gülsün Karamustafa podemos encontrar la identidad como línea de trabajo recurrente. De apariencia juguetona, Promised Paintings es una agrupación de pinturas donde el efecto de pan de oro y las figuras poco realistas sirven como reminiscencias del arte bizantino. A su vez la experimentación en colores, motivos religiosos y personajes le sirve a la artista para contraponer la tradición y el presente de su región.

Karamustafa problematiza también la occidentalización de Turquía impuesta por la lógica capitalista. En Etiquette vemos una mesa aparentemente engalanada según los estándares europeos pero a la vez con multitud de utensilios desordenados. La vajilla tiene impresas páginas de un manual de buenas maneras francés de 1927. Se alude así a la progresiva pérdida de identidad colectiva. Este problema aparece de nuevo en Anti-Hamam Confessions, un vídeo que relata poéticamente la clausura de un tradicional hamam para ser convertido en un centro comercial.

Lo textil es frecuente en la obra de la turca. Es la materia principal de obras como Motorcycle y Prayer Rug with Elvis. Son telas de apariencia barata, con predominancia del dorado y los colores brillantes, que Karamustafa asocia con las familias emigrantes. Usando la técnica del patchwork, ella los cose y conecta con imágenes de la cultura popular, creando un efecto de acumulación y kitsch.

Por su parte, Koen Theys trata el tema de la identidad asociándolo a la pertenencia a un grupo religioso. Brillantemente banaliza lo divino mediante estrategias irónicas y algo prosaicas. En The Re-entry of Gods imprime imágenes de distintas divinidades en un papel de pared abigarrado. Entre el kitsch y la psicodelia, Theys alude a partes iguales al resurgir del fervor religioso y a la actual sobreabundancia iconográfica. The Thousand faces of God también se basa en acumulación de representaciones de lo sagrado. Usando la técnica del morphing, el artista funde en loop una sucesión de variados personajes religiosos.

Aunque las obras son visual y temáticamente interesantes, me sigue escamando el planteamiento de esta exposición. Teniendo en cuenta la consideración de semidioses de algunos comisarios, deberían ofrecernos más. No se trata simplemente de juntar a dos artistas, por muy buenos que éstos sean. Queremos un relato, una problemática que reflexionar, la base de una discusión… ¿O quizá estamos pidiendo demasiado?


Belgoconnection
Nov. 2015

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